A 60 años de la fundación de nuestra Fenapes, que nos tuvo y nos tiene como protagonistas, y en el marco de un gobierno que profundiza las desigualdades y exacerba las injusticias, un nuevo 8 de marzo nos convoca. Nos juntamos y nos organizamos para levantar la voz y reivindicar nuestros derechos.

De acuerdo a lo resuelto en el XIX Congreso de la federación y en el marco de las resoluciones del PIT-CNT, convocamos como Fenapes a un paro nacional de 24 horas de mujeres y disidencias. Es necesario que en todo el país se realicen los máximos esfuerzos, en coordinación con los plenarios departamentales, intersociales, colectivas y otras organizaciones, de modo de participar activamente en las distintas movilizaciones que se realizarán en todo el territorio para reivindicar, una vez más, nuestros derechos.

La educación se sostiene sobre los hombros de las mujeres, que somos más del 70% de las trabajadoras. Somos además las más precarizadas, nos cuesta el doble avanzar en nuestras carreras y cumplir con una carga horaria que nos permita vivir dignamente, por estar sometidas a una doble explotación: de clase y de género en este sistema capitalista y patriarcal. Las autoridades de la educación continúan vulnerando nuestros derechos, como los consagrados en las leyes 20.129 (ausentarse del trabajo para asistir a los controles de embarazo) y en el artículo 53 de la ley 20.212 (sobre la licencia maternal) aprobadas en 2023.

El mundo es el que es y también es el que construimos. A lo largo de los años y gracias al esfuerzo y la lucha de mujeres que nos han precedido hemos

conquistado importantes derechos. Debemos honrar y reafirmar los logros históricos y las reivindicaciones que aún tenemos que pelear.

Las mujeres somos las más perjudicadas con la reciente reforma de la seguridad social, ya que no considera las tareas de cuidado y del hogar, que continúan cayendo sobre nosotras y generan un desgaste mayor en los últimos años de vida laboral. Por esto, también estamos comprometidas y movilizadas en defensa del plebiscito por la reforma de la seguridad social junto al movimiento social y sindical.  ¡Ni un derecho menos! ¡Basta de retrocesos!

La oposición entre la libertad y la igualdad que vemos expresada en referentes y dirigentes políticos conservadores y de derechas de toda la región, es una formulación de la discusión conveniente a quienes detentan el poder y quienes pretenden que esas desigualdades se mantengan y se consoliden.

La violencia de género en todas sus expresiones no nos da tregua, en 2023 tuvimos que lamentar 27 feminicidios y numerosas situaciones de violencia. Luchar contra la violencia machista y patriarcal, reclamar recursos para un efectivo Sistema Nacional de Cuidados no se opone a atender otras esferas de lo social que sin duda son importantes para mejorar la vida de las personas que menos tienen. No nos dejamos llevar por falsas oposiciones. El patriarcado implica aceptar y naturalizar la jerarquización de lo masculino, que la aceptemos como propia, que la incorporemos y que reproduzcamos las prácticas y discursos que le legitiman. Partimos de reconocer este desafío, ya que es algo que nos atraviesa a todas, a todos y a todes.

Las mujeres no solamente somos mayoría en términos de población, somos sobre todo quienes sostenemos la educación en el hogar y en las instituciones. Es por esto por lo que la lucha por los derechos laborales es un asunto feminista y no es posible un feminismo sin esa lucha.

¡Una vez más, este 8 de marzo paramos y nos movilizamos por todas, juntas en todos los rincones del país!

Somos mujeres, somos Fenapes