Compromiso 6+1
Compromiso 6+1
Hagamos un trato por la Educación Pública
En 2024 Uruguay elegirá una vez más y a través de las urnas su gobierno para el período 2025-2029. Tenemos el desafío de construir una verdadera educación pública integral y equitativa desde una participación real y, fundamentalemtne, que garantice el acceso a la enseñanza a todas y todos. En este marco, la Fenapes pone a disposición del sistema político y toda la comunidad propuestas, investigaciones y reflexiones en torno a la educación.
El Congreso Extraordinario de Políticas Educativas, que nuestra federación realizó en noviembre de 2022, logró condensar y sintetizar una serie de propuestas. Pretendemos que esta discusión pueda darse a la interna de los gremios docentes pero también con las y los trabajadores, con las familias y el estudiantado; que puedan aportar en la construcción de una propuesta educativa alternativa a la que hoy se nos está queriendo imponer. Queremos rediscutir el sentido y la importancia de tener políticas públicas en educación cada vez más fuertes, que rescaten las mejores tradiciones pedagógicas y democráticas, que atiendan, protejan y generen oportunidades para los más desamparados y puedan trascender a los gobiernos de turno.
Proponemos garantizar tres elementos centrales hacia un proyecto educativo popular y emancipador:
1. La autonomía y el cogobierno con rango constitucional para los entes autónomos de la educación; hacer efectivo que sus actores sean quienes definan, en conjunto con la comunidad, la estructura, los planes, los programas y los reglamentos de pasaje de grado. La educación no puede ser un botín electoral ni estar subordinada a los intereses de los gobiernos de turno y mucho menos someterse a sus vaivenes, que en definitiva atentan contra los derechos de los estudiantes.
2. Un piso presupuestal que permita abarcar las necesidades educativas concretas tales como infraestructura, cargos, grupos, recursos didácticos, entre otros. En este sentido, se debe retomar y actualizar la propuesta de la CSEU del 94 de modificar la Constitución para garantizar un mínimo de 6 % del producto bruto interno (PBI) para ANEP, UdelaR y UTEC sin Participación Público-Privada. O su equivalente del presupuesto público. También se deben garantizar las condiciones de vida de los y las estudiantes para que puedan, efectivamente, acceder a la educación. A este respecto, cabe reivindicar la necesidad de la presencia del Estado no solo desde lo educativo, sino también desde otros espacios.
3. La educación como derecho constitucional, no como bien de mercado. Cortar con cualquier lazo con organismos internacionales de crédito que incidan en las políticas educativas o empresas que condicionen los aprendizajes. A modo ilustrativo: la privatización a través de «herramientas», como las referentes a la virtualidad o cualquier otra; o la solapada injerencia a través de las asociaciones civiles, organizaciones no gubernamentales (ONG) o de otro tipo.
Destacamos algunos aspectos a profundizar:
- Recuperar la soberanía nacional en términos de política educativa. Esto implica romper con todas las injerencias provenientes de organismos internacionales que pretendan, de forma directa o indirecta, tratar de incidir en la definición de la orientación de la política educativa del país. Las orientacioneS generales de política educativa deben ser discutidas, analizadas y definidas por ámbitos generales, como lo son los Congresos Nacionales de la Educación, con la más amplia participación de todos los actores del
SNEP.
- En la misma línea que el punto anterior, promover la participación como un elemento central en la construcción de la política educativa del Estado. Pensar en la construcción de una política de educación pública necesariamente deberá requerir de los más amplios espacios de participación, discusión y consenso en todos los niveles, desde los Consejos de Participación por centros hasta el Congreso Nacional de la Educación como espacio máximo de síntesis y definición de los lineamientos de la política educativa. Participación de estudiantes y referentes familiares, barriales e interinstitucionales para la construcción de comunidades educativas.
- Entender la laicidad, contrapuesta a una educación dogmática, como un principio que priorice una educación con base en las ciencias, disciplinas, saberes y artes, una educación que promueva el estudio, la reflexión, el análisis de posibilidades, la contraposición de argumentos, la experimentación y la demostración por sobre la aceptación acrítica de conceptos e ideas, el dogmatismo fanático, la ignorancia, la pasión irreflexiva, la falta de información y de discusión sobre las ideas ajenas.